CRÓNICA FINAL DE LA GALA DE UNOS ÓSCARS EXCEPCIONALES Y MUY ORIGINALES
Srta. Computer |
Srta.Violette |
Srta. Xènia |
MK coge con firmeza el micrófono:
—Ejem..., ha sido una noche larga, llena de sorpresas y de momentos muy emocionantes... Pero no podemos irnos sin darle a nuestro querido Paseante un caluroso aplauso que tanto se merece por la organización de esta maravillosa gala de los Óscars de Blogville.
El Veí hace ademán de añadir algún latiguillo al uso, pero MK, con una mirada severa, lo frena de golpe. El hombre se queda con la boca abierta y el dedo en el aire. “Iba a decir que Maiestard para la misericordia…”, remuga entre dientes. Calla y se queda con su cara de bobo habitual. Desde las primeras butacas se oye alguna risa corta.
Don Veí de Dalt |
MK vuelve a insistir, esta vez con un tono de voz más enfático:
Srta. RaTeta |
— ¿A qué tipo de hambre te refieres, preciosa?
—A las dos, cariño. A parte de la habitual, sé que es la hora de tus potitos de verduras Bledine.
El público continúa aplaudiendo, pero ni rastro del protagonista.
Una voz femenina en off¸ que parece venir de Lejos, requiere, así mismo, la presencia al escenario del Paseante. Nada de nada. Ni rastro.
Las cortinas se vuelven a subir a toda prisa y en la pantalla panorámica donde anteriormente aparecían las imágenes de los blogs nominados, aparece ahora, el rostro enjuto del Paseante y encima de su imagen una frase: ¡SE BUSCA! El detalle de la fotografía no pude esconder sus numerosas arrugas y las canas que delatan su edad. “Veí, ¿se puede saber qué has hecho con el Photoshop?”, le espeta de golpe MK, indignada. “Nada, un retoque de última hora. Yo sólo enseño la Verdad al Límite”, y al acabar de decirlo aparece sobreimpresionado en la imagen un “Vivo, o (mejor) muerto”. El Veí se ríe para sus adentros. MK le lanza una mirada asesina. A veces, un gesto vale Más que mil palabras.
El Veí de dalt, para despistar la atención, coge el micro y espeta al público:
—Quizás esté en el lavabo... Alguien debería ir allí…
En verdad, la sugerencia (por venir del Veí) no parece una idea tan descabellada. Dos miembros de seguridad van a mirar en los lavabos. A los cinco minutos vuelven negando con la cabeza.
—Nada.
Srta. Llum de Dona |
—Ni en el servicio de caballeros ni en el de damas. Sólo había un fraile con el hábito alzado mostrando sus vergüenzas a una sorprendida candidata de esta noche. Parecían que hablaba de llevársela a un País secret.
—Fra Miquel haciendo adeptas, seguro… —sugiere MK.
Don Fra Miquel |
Srta. Helena |
—Querrás decir la Luna de Valencia…—le corrige MK.
—Sí claro, ¿en qué estaría yo pensando?
—Pensando, no sé; si es que piensas en nada, pero mirar, sé que no me quitas ojo de mi escote…
—Uy! Si yo tuviera Patente de corsario para navegar entre tus mares…
—Será de corso… —le corrige de nuevo MK, ya chamuscada de aguantar las bribonadas del Veí, de dar largas al público y de esperar que aparezca el deseado.
Srta. MK |
Vuelven al centro del foco. MK carraspea un poco, parece que va a hablar:
—Queridas y queridos amigos; al parecer, nuestro Paseante se ha dado a la fuga. Me acaban de informar que vieron en su escritorio dos billetes de avión para las Bahamas y que un vecino, desde el anonimato, ha confirmado haberlo visto con pantalones cortos de florecillas y una maleta de todo a cien pidiendo un taxi. Que nadie se preocupe, que no cunda el pánico, el avión aún no ha despegado, nos quedan unos minutos... Veí: por favor, llama al aeropuerto y ¡no dejes que despegue el avión!
— Y... ¿¿Cómo lo hago??
Don Aquari |
Después de unas llamadas y de diez minutos de espera, el Veí con cara de bochorno vuelve a coger el micro:
Srta. Duchsgel |
Y se va cabizbajo, dejando el escenario más vacío que las arcas del estado.
Entre bambalinas el ajetreo y los nervios dejan paso a un momento de calma. Alguien trae xampany y unos canapés. Fra Miquel vestido con esmoking cruza el pasillo y corre al despacho del responsable de marketing. Deja unas bandejas encima la mesa y con una voz digna del mejor barítono se ve rodeado de un glamour digno de esta gala.
Srta. País Secret |
Todo son especulaciones…
El xampany corre i la espera se hace más pasajera.
De pronto aparece MK con un nuevo y glamuroso vestido plateado (¿cómo puede esta mujer cambiarse de prendas tan rápidamente y que, además, todas se le ciñen perfectamente al cuerpo?) que deja a las mujeres sin respiración y a los hombres bombeando sangre a la entrepierna. A su lado el Veí con un elegante traje color azulado, camisa de cuadritos y corbata a rayas azul y grana; se queda con la boca abierta. Pero eso ya es habitual en él.
Don Tanguito |
El público, desde platea, desde el anfiteatro y los palcos laterales, sigue expectante el entrañable espectáculo de los dos angelitos y los presentadores, pero se quedan tremendamente sorprendidos y desesperados cuando en un tris los cuatro, por arte de birlibirloque, vuelven a desaparecer detrás de bastidores. Se empiezan a oír silbidos de desaprobación.
En ese mismo instante empieza a sonar la Banda Sonora Original de "Misión imposible". El público cuchichea entre sí, algunos con expresión divertida, otros con expresión preocupante y, algunos, impacientes, pero discretos. El Veí vuelve a aparecer y dirigiéndose al público les da la buena nueva:
— ¡Ahora sí! Tenemos el gusto de comunicarles que el Paseante ha sido localizado, en...— y sin dejar que acabe la frase, el público le interrumpe, y aplauden todos a la vez, levantados y vitoreando su nombre “¡Paseante, Paseante!”. Parece como si Messi hubiera marcado el gol que daba al Barça la copa de Europa. ¡Y él, que es perico de pura cepa!
Acto seguido surgen de la concha, ahí donde se esconden los apuntadores, los dos niños que, a la par, son presentados como los sobrinitos del bien hallado protagonista, asidos de las manos de éste y MK detrás, en segundo plano. Entonces, MK y el Veí de dalt hacen un aparte y dejan al Paseante con sus sobrinos a cada lado, asidos de sus manos, en medio del escenario. El público estalla en renovados aplausos y vítores. Tierna escena.
Don Òscar, vestido de blanco en homenaje al realmadriT |
— ¡Ejem! Ehhhh, yo...., err, yo..., mmmm, err...
—Va, tío, no te cortes, porfissss— le interrumpe el pequeño Hayden, el que va vestido de color vainilla y le conoce sus arrebatos de timidez.
El faraoncito Nil añade:
— ¡Jopetas, tío, habla..., yaaaaa, que quiero irme a jugar....
— Tío, que esto es más fácil que besar a una chica, vengaaa...—, añade el pequeño Hayden; que sabe donde poner el dedo en la llaga.
El Veí de dalt aprovecha la interrupción para dejar ir, a micro cerrado: “Ahora todo el mundo se dará cuenta que soy yo quién le escribe los posts. Si no sabe ni poner un sujeto, verbo y predicado en orden, el muy tanoca…”
Srta. Filadora |
—Ejem... Muchas gracias, ehhh, es un honor inmerecido... Errrrr, por primera vez no tengo palabras para agradecer tanto cariño y reconocimiento, errrr, insisto..., inmerecido.
Y se puede ver cómo se le resbalan unas lágrimas por sus mejillas. Está felizmente emocionado, se quita las gafas de plexiglás durante unos segundos y se seca con sus dedos índice y corazón algunas de las lágrimas derramadas.
—Yo, es que soy un tímido y romántico empedernido... Errr... Os voy a desvelar un secreto. Menos mal que hoy es domingo y no martes, ni tampoco va a correr la sangre... Ejem, todo el rato he estado escondido ahí debajo (señala el sitio donde se pone el apuntador, en la concha), en un baúl lleno de telas preciosas de Damasco, estaba muy cómodo entre las bellísimas vestimentas de esta ópera prima... Desde una rendija podía oír cómo me estabais buscando... Me daba risa, porque el miedo produce risa, y es que ya os he dicho..., errrr soy muy tímido...
Otra ovación irrumpe su improvisado y encantador discurso...
“No… Si al final va a parecer que el hombre sabe hablar y todo…Quizás habrá aprendido a fuerza de copiarme…”, susurra para sí el Veí. La MK, que lo ha oído, le da un golpe seco en la espinilla con su talón kilométrico. “Uaaaaah, eso duele!”. “Pues para de decir sandeces y atiende”, le espeta. Ya añade: “¡Celoso, que eres un celoso!”
— Hace unos cuatro años que salí al mundo. Bueno, ejem, es evidente que tengo unos cuantos más, ya lo veis —dice señalando la pantalla que tiene detrás suyo … (risas encubiertas) —; quiero decir que hace unos cuatro años aparecí en la escena virtual, en el mundo de los blogs. Hasta entonces sólo miraba el mundo al lado del señor gris… (al evocarlo, se le entrecorta la voz), paseando con él por el Turó Park o por el país de la niebla…
“Mira que es pesado el niñato con el peñazo del perrito y del parque éste de pijos…” empieza a susurrar el Veí. “Uaahhh! ¿Otra vez?” “Cállate, o el próximo taconazo te lo clavo allí en medio”, le dice MK señalándolo sus partes nobles.
Srta. Maiestard y acompañantes |
“Este hombre ha bebido, seguro. Y encima se hace el poetilla…, no te digo…”. “Veí, mira que te doy con los dos tacones a la vez…”
—… Soy feliz. Sí. Aunque os parezca lo contrario o que no sepa expresarlo con palabra claras. ¿Sabéis? Cuando paseo por los rincones de mi Turó Park siempre pienso en alguno de vosotras…Bueno, de vosotras y vosotros. Incluso con él a veces (al decirlo, gira la cabeza hacia donde está el Veí). De alguna manera u otra, leeros alimenta mi espíritu y las ganas de superarme. Sois fantásticas y fantásticos. No cambiéis. Nunca. Porque en mis posts siempre hay algo vuestro que os pertenece; que os quito de vuestra esencia y que intento devolvéroslo con mi mayor energía. Perdonadme si no os alcanzo. Mis paseos solitarios o en compañía son mi mejor medicina. Ojalá no se acaben nunca…
El público rompe a aplaudir. Las chicas chillan. Algunas lloran. Otras ya se han despojado de sus prendas íntimas. Aunque lo niegue, al Veí también le cae una lágrima que pasa raudo a enjugar con la palma de la mano: “Estos focos que deslumbran…”, dice a MK. Pero ella ya no lo oye. Ya nadie oye nada. Hay un fervor casi místico en la sala. ¿Quizás la avenencia de un nueva religión? Va cayendo el telón. El Paseante recoge una rosa del suelo. La huele. La besa. Y se la lleva al corazón con las dos manos. La ofrece al público. Ruge la marabunta. La lanza al vuelo. La platea es un grito unánime: “¡Paseante, Paseante!”. Todos los ganadores de un óscar los muestran en alto señalándolo a él. Como si se lo devolvieran. Sus sobrinos lo cogen de la mano y lo llevan hacia dentro. Cae el telón. Y los aplausos siguen durante quince largos minutos.
Don Paseante |
Pd: El discurso del Paseante es robado del Veí de Dalt. :)
THE END
Equipo de Guionistas: Amber, El Veí de Dalt, Filadora y Joana
Equipo de Imagen: Be Wild, Commuter, La RaTeta Miquey y Violette